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Independencia de Riobamba

El 21 de Abril de 1822 se escenificó, en Riobamba y sus alrededores, una trascendental batalla entre las tropas realistas y los movimientos independentistas, la Batalla de Riobamba (Tapi).

Los patriotas, bajo los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, alcanzaron la victoria y la definitiva independencia de nuestra ciudad. Los realistas retrocedieron hacia Quito, en donde un mes más tarde se libró la Batalla del Pichincha y se selló la independencia de lo que luego sería la República del Ecuador.

La Batalla de Riobamba es considerada como el más brillante combate de caballería en la Guerra de la Independencia Sudamericana.

Este triunfo patrióta fue la antesala necesaria para el posterior triunfo definitivo en las faldas del Pichincha, un mes después, el 24 de Mayo del mismo año. Sin el 21 de Abril no habría el 24 de Mayo.

Relato de la Batalla de Riobamba

«El 21 de abril de 1822, bajo una intensa lluvia, las tropas del ejército español se encontraban en el valle de RioBamba.

Los independientes a órdenes del Gral. SUCRE provocaban con empeño la batalla, pero el enemigo iba cediendo el terreno y se mantenía a la estricta defensiva. Debido al permanente asecho, el ejército español se vio obligado a ocupar una nueva posición más a retaguardia, con su caballería al frente.

Al ver esto, SUCRE dispuso al 1er Escuadrón de Granaderos, a órdenes del Sargento Mayor JUAN GALO de LAVALLE, que reconociera el terreno.

LAVALLE junto a sus bravos avanzó sobre el valle y se hallo improvisadamente al frente de toda la caballería enemiga.

«Con sus noventa y seis granaderos, cargó a fondo y con sable en mano, poniéndolos en completa retirada y los siguió hasta el pie de las posiciones que ocupaba la masa de infantería buscando la protección».

Historia Riobamba

LAVALLE, temiendo un ataque por las dos armas ordenó hacer alto y volver caras por pelotones, la retirada se hacía al tranco, pero una vez que la caballería realista se reorganizó y volvió al ataque a gran galope, los Granaderos argentinos sostenidos esta vez por los Dragones de Colombia volvieron sus caras y envolviendo al enemigo lo enfrentaron con bravura. El choque fue recio y sangriento, los patriotas embestían con furia a los españoles que caían fulminados o emprendían la retirada.

Este combate dejó en el campo 52 muertos, incluso tres oficiales y más de cuarenta heridos entre los españoles y no más de cinco entre granaderos y dragones.

Aquel 21 de Abril de 1822 fue la antesala de la Independencia del Ecuador.

Al referirse al mismo, LAVALLE en su parte de guerra dice que el coraje brillaba en los semblantes de los bravos granaderos y era preciso ser insensible a la gloria para no haber dado una segunda carga.

Con esta acción la caballería realista quedó anulada para todo el resto de la campaña. Por este triunfo el Libertador Bolívar condecoró a LAVALLE y a sus soldados, dándoles el título de Granaderos de Riobamba.

La audacia, el espíritu agresivo, la intrepidez y la iniciativa, le permitieron a LAVALLE el vuelco favorable de esa situación desventajosa en que se encontró repentinamente. Asumió todos los riegos, por su acción de mando y su ascendiente siempre sostenido por su ejemplo personal arrastró a los tímidos y dudosos convenciéndolos y a los valientes enardeciéndolos hasta lograr la victoria.

El Gral. SUCRE en su parte oficial el 23 de abril hace merecida justicia al Sargento Mayor JUAN GALO de LAVALLE y expresa: Mande al Escuadrón de Granaderos y Dragones a un reconocimiento a poca distancia de la Villa de Riobamba, el Escuadrón de Granaderos se halló al frente de toda la caballería enemiga y su Jefe tuvo la elegante osadía de cargarlos y dispersarlos, con una intrepidez que habrá raros ejemplos. Su Comandante a conducido su cuerpo al combate, con un valor heroico, con una serenidad admirable y sus oficiales se han distinguido particularmente». (Referencia relato blog ejército argentino).

Historia Riobamba

PARTE DEL COMBATE DE RIOBAMBA

AL EXCMO. SR. DON JOSE DE SAN MARTÍN, CAPITÁN GENERAL DEL EJERCITO LIBERTADOR DEL PERÚ Y PROTECTOR DE SU LIBERTAD.

El día 21 del presente se acercaron a esta villa las divisiones del PERU y COLOMBIA Y ofrecieron al enemigo una batalla decisiva. El primer escuadrón del regimiento de GRANADEROS A CABALLO de mi mando marchaba a la vanguardia descubriendo el campo y observando que los enemigos se retiraban, atravesé la espalda de una altura, en una llanura me vi en repentinamente al frente de tres escuadrones de caballería fuerte de ciento veinte hombres cada uno, que sostenían la retirada de su infantería; una retirada hubiera ocasionado la pérdida del escuadrón y su deshonra y en el momento de provocar en COLOMBIA su coraje; Mande formar en batalla, poner sable en mano, los cargamos con firmeza. El escuadrón que formaba noventa y seis hombre parecía un pelotón respecto de cuatrocientos hombres que tenían los enemigos; ellos esperaban hasta la distancia de quince pasos poco más o menos cargando también, pero cuando oyeron la voz de degüello y vieron morir acuchillada tres o cuatro de sus más valientes, volvieron cara y huyeron en desorden, la superioridad de sus caballos los saco por entonces del peligro con perdida solamente de doce muertos, y fueron a reunirse al pie de sus masas de infantería.

El escuadrón llego hasta tiro y medio de fusiles de ellos y, teniendo un ataque de las dos armas, lo mande hacer alto, formarlo y volver caras por pelotones; la retirada se hacía al tranco del caballo cuando el GENERAL TOBRA puesto a la cabeza de sus tres escuadrones los puso a la carga sobre el mío. El coraje brillaba en los semblantes de los bravos granaderos y era preciso ser insensible a la gloria para no haber dado una segunda carga.

En efecto, cuando los cuatrocientos godos habían a cien pasos de nosotros, mande volver caras por pelotones, y los cargamos por segunda vez: en este nuevo encuentro se sostuvieron con alguna más firmeza que en el primero, y no volvieron caras hasta que vieron morir dos capitanes que los animaban. En fin, los godos huyeron de nuevo arrojando al suelo sus lanzas y carabinas y dejando muertos en el campo cuatro oficiales y cuarenta y cinco individuos de tropa. Nosotros nos paseamos por encima de sus muertos a dos tiros de fusil de sus masas de infantería hasta que fue de noche y la caballería que sostenía antes la retirada de su infantería fue sostenida después por ella. Cincuenta DRAGONES DE COLOMBIA que vinieron a reforzar el escuadrón lo acompañaron en la segunda carga y se condujeron con braveza. El escuadrón perdió un granadero muerto y dos heridos después de haber batido a un número tan superior de enemigo en el territorio de Quito. Entre tantas acciones brillantes de los oficiales y tropa del escuadrón es difícil hallar las de más mérito; sin embargo es precioso nombrar al valiente SARGENTO MAYOR GRADUADO CAPITAN DON ALEJO BRUIX, AL TENIENTE DON FRANCISCO OLMOS, a los SARGENTO DIAZ Y VEGA y al GRANADERO LUCERO. Tengo el honor de asegurar a vuestra excelencia mis respectos y que soy su atento servidor Q. S. M. B.